Cuando los residuos orgánicos de la basura que arrojamos se descomponen, el material inorgánico desprende gases como metano, óxido nitroso y dióxido de carbono, que
aumentan la temperatura de la Tierra y provocan el conocido efecto
invernadero. Pero nuestra basura no sólo contamina el aire; ésta también
puede atraer ratones y plagas, arruinar el suelo en el que producimos
frutas y verduras y destruir la vida en el mar.
En cualquier
sitio del mundo la separación de los residuos puede variar, sin embargo el
sistema más utilizado a nivel mundial es el siguiente.
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